Escogimos un barranquillo pequeño, fácil y sumiso, para abrir boca: la Foz de Arangas, cuya reseña obtuvimos de un buen blog de barrancos, xankleteando por el mundo. La cosa es sencilla....de momento. A ver: creo que el/los paisano/os no quieren que la gente pase por allí y el acceso al rio está cercado...más o menos. Tras sortear "los obstáculos" nos metimos en un rio de apariencia insípida, pero que en pocos metros se va cerrando y nos presenta un primer resalte que se destrepa incómodamente
seguido poco después de un rápel muy corto.
Se da paso así a unas mini-Gloces, cortas pero de gran calidad estética
y que se salvan con un rápel de unos 5 mtr que permite entrar en el pasillo y un resalte posterior, destrepable o rapelable a discrección(equipado) . Toda esta sección es bonita, con ambiente, interesante desde luego con caudal abundante ...que no era el caso, claro.
Le sigue un tramo casi subterráneo
que deja acceder a una especie de sala con pozo de 10 metros, también con un ambiente que rememora otros lugares, otras montañas.
Sin transición nos encontramos otro resalte equipado , curioso y estético.
Una zona de resaltes (mini-rápel de 4 mtr) nos deja en los prados de salida.
En definitiva: un barranco churri, con su zona estrecha, su pasillo excavado, su pozo oscuro.....Dista de ser una actividad reseñable deportivamente (con caudal normal) pero desde luego es algo diferente e interesante de conocer si has hecho ya los clásicos de la zona (Rubós, Mildón y demás).
Para repetirlo necesitas una cuerda de 20 + la de socorro, peto si vas en época de poco agua y mucho calor , alguna cinta y cordino...y dos horitas en total, entre que dejas un coche, vas con el otro, lo haces, te quitas el neopreno... y esas cosas. La reseña de aproximación está perfectamente contada en el blog xankleta y no tiene pérdidad de ningún tipo.
Luego nos fuimos al Navedo: algunos/as no lo habían hecho y no era cosa de pasar por delante, ver que no debía haber mucha gente (como así fue) y no meterle el diente para poder comentar algo más delante de las cerves...Así es que nada: subimos a la cabecera y bajamos el barranco más descendido de toda Cantabria.
Tras este buen día de barrancos cenamos todos juntos, una parte de nosotros "tuvo" que irse a la playa y comer pescadito, pasear al sol, sentarse en una terraza, charlar....Pobrecillos. Snif!, la cosa se acaba.